Ensayo: El carácter contradictorio de la subjetividad como la base la de posibilidad de la reflexión filosófica. 15/06/2024
Autor: Andrés Acosta Barrera. Licenciado en Filosofía, Universidad Pedagógica Nacional.
15/06/2024
Ensayo: El carácter contradictorio de la subjetividad como
la base la de posibilidad de la reflexión filosófica.
Introducción:
En este ensayo se ponen en discusión tres cuestionamientos relativos al origen y a la realización del quehacer filosófico. De acuerdo con Kant es la perplejidad que produce la metafísica lo que conlleva a la razón humana a salir de sus aparentes limitaciones constreñidas al ámbito de la física. Significa esto ir a la raíz de la constitución de la razón y examinar el porqué y el cómo de su propio proceder. En la definición de la esencia de la razón se halla su carácter contradictorio, en tanto pone diversas posiciones del pensar mediante las cuales la razón interpreta la objetividad. Estudiando este carácter contradictorio Hegel abre camino a la comprensión de la sociedad y de la cultura, ceñida al criterio de objetivación y contradicción propio de la naturaleza del pensar. El examen del pensamiento, la actividad filosófica de pensar los pensamientos, conlleva también a Heidegger a la comprensión de la imagen del mundo, subrayando para su efectivo entendimiento el carácter y la estructura de la subjetividad. El comportamiento científico de la filosofía radicaría en hacer de la subjetividad el hilo conductor en la realización de la historia del pensamiento y con ello obtener una lectura crítica y comprensiva del individuo y de la sociedad.
1. 1 ¿Cuál
son los motivos que impulsan al pensamiento a realizar la metafísica, es decir,
construir la filosofía?
Pensar filosóficamente quizá signifique apreciar el mundo a través de la
pregunta, el asombro, la admiración, la indignación, el contraste, etc. Las
preguntas de la filosofía usualmente conllevan al pensamiento a salir de los
límites de la vivencia inmediata y así remontarse a una visión general,
universal, a una apreciación del mundo a través de los ojos de la razón. Sin
que muchas veces lo quiera, el pensamiento se ve arrastrado hacia la euforia de
la especulación cuando se le interroga por el propósito de la vida, por lo que
ocurra, tal vez, luego de la muerte, o cuando se le interroga por el
significado de cualquier símbolo antiguo retratado en una cueva, en la
superficie de una piedra, etc. Dada la finitud del ser humano, y de lo
insignificante que puede llegar a ser su experiencia personal de vida, el
asombro del humano se aviva cuando afronta lo desconocido, lo enigmático, lo
que desborda su comprensión y limitado conocimiento. El ser humano experimenta
cierto deleite y disfrute cuando aborda o se aproxima hacia algo que le escapa
a su dominio comprensivo. Puede que con esto surja la necesidad de profundizar
en lo que le es ajeno o desconocido o puede también que surja con esto el
rechazo y la necesidad de no salir de los límites ya establecidos.
De acuerdo con Hegel, en su libro “Creer y Saber”, la filosofía nace cuando
surge un quebranto, una hendidura, una escisión, en el espíritu humano. Cuando
reina la conformidad y la seguridad, difícilmente el pensamiento filosófico se
dispone para el pensamiento. Cuando las supuestas verdades y certezas han
cobrado su peso y su legitimidad, difícilmente puede la filosofía plantear sus
interrogantes, sus dudas, las inquietudes que posibilitan el fluir de la
reflexión. Cada época, sin embargo, impone a los sujetos determinadas verdades
y certezas que son la realización de la cultura humana. Si se considera, por
ejemplo, las teorías relativas a la imagen del universo, puede apreciarse allí
la variedad y la multifacética expresión de las versiones que sobre esto
existen. La teoría de Ptolomeo, por ejemplo, que afirmaba que la tierra era el
centro del universo, permaneció por más de dos mil años como una verdad que se
apoyaba en el testimonio ofrecido por los sentidos. Se observaba el movimiento
del sol alrededor de una esfera, la tierra, que aparentemente no se mueve. Por
otra parte, la teoría de Copérnico que considera, por el contrario, que el sol
es el centro y que es la tierra la que se mueve, es ahora la verdad
establecida. El cambio de esta visión del universo supuso una revolución, un
cambio rotundo y contundente de la manera usual de entender la realidad humana
en su conexión con el cosmos.
2. 2. ¿Qué
significa que la contradicción es el fundamento del pensamiento y de la
posibilidad de comprender el mundo?
En el libro de la “Crítica de la Razón Pura”, Kant afirma que la
esencia de la razón radica en su naturaleza contradictoria. En efecto, la razón
no cesa de generarse preguntas e interrogantes que lo conllevan ineludiblemente
a oponerse a sí misma, a no encontrar satisfacción en un solo punto de vista,
en una manera determinada y única de pensar. ¿Qué sería del pensamiento, si
efectivamente, no existiera el contraste, la oposición, la objeción ante
determinadas respuestas que la razón ofrece ante su constante inquisición y
perplejidad, ante lo que no le es posible resolver de manera sencilla? El ser
humano, a diferencia de los demás seres vivos, es un ser que no cesa de hallar
dificultades y problemáticas. Al parecer, la misma estructura de la razón
conlleva a que el sujeto se disponga, en su pensar, a hallarse en diversas
situaciones o posibilidades sobre las cuales discrimina que ha de considerar
como algo conveniente, necesario, como probabilidad o hipótesis. En la historia
de la filosofía es posible apreciar como la contradicción está a la base del
pensamiento en tanto al formularse preguntas que no puede rechazar, ha
consolidado una diversidad compleja de puntos de vista, que enriquecen la
cultura humana. Si se habla, por ejemplo, del fenómeno de la muerte y el
interrogante sobre su sentido, y se investiga sobre su comprensión desde
diversas comunidades y sociedades, tanto en el presente como en el pasado, ¿qué
tipo de comprensiones y saberes existen al respecto? ¿Cómo se asume este
fenómeno de la mortalidad humana en las sociedades de Oriente, en el África, en
el Asía o inclusive en el interior de un país tan complejo en relatos, saberes,
cosmovisiones como lo es Colombia? No nace esta variedad sino de la naturaleza
contradictoria que al enmarcar diversas soluciones a determinados problemas
conlleva en si misma a crear una oposición y, por tanto, una imagen alternativa
de un esquema o composición interpretativa de la realidad, hecha por la razón
misma.
En la época de la imagen del mundo Heidegger pone en consideración los
diversos aspectos que caracterizan de manera esencial a la época moderna. Tales
aspectos son la ciencia, la técnica, el arte, el desdiosamiento, y la aparición
de la cultura. Entre
estos decide profundizar en el concepto de la ciencia moderna, el cual surge a
partir del concepto de la subjetividad. Sabido es que el concepto de
subjetividad se presenta en la filosofía de Descartes como el resultado de una
compleja actividad escéptica, en la que pone sus dudas sobre todo aquello que
él consideraba como un pensamiento firme y estable. Su negación abarcaba los
aspectos relativos al saber heredado por la autoridad de la tradición, por la
familia, la escuela, la religión, e inclusive la experiencia ofrecida por el
ámbito sensible. Llegando a negar certeza y veracidad a sus certezas y
creencias más profundas postula, finalmente, que tan sólo puede el pensamiento mismo
ser considerado como algo existente, en tanto le es necesario pensar, para reconocerse
a sí mismo y experimentar, dada esta capacidad, una vivencia externa al sujeto.
Este caso muestra como la contradicción, la duda, la inquietud y la sospecha,
son el síntoma de una época que empieza a nacer, la época moderna, en tanto
refuta plenamente lo que ya había acumulado, experimentado y mostrado como una
verdad incuestionable. Ya no se asume en el presente como verdadero lo que es
simple representación o lo que se muestra de un modo inmediato al pensamiento;
ha de asumirse, de ahora en adelante, que lo verdadero no es sino aquello que
es producto de la reflexión y del pensamiento, en donde no escapa la autonomía
del sujeto en la elaboración de su experiencia.
3. 3. ¿Cuál
es la labor propiamente científica que exige el pensamiento filosófico?
¿Cómo ha sido posible la producción del pensamiento filosófico? ¿Surge la
filosofía únicamente cuando existe una contradicción, una problemática, una
paradoja difícil de resolver y el pensamiento en vez de rehuir a la exploración
de esta problemática, decide afrontarla hasta las últimas consecuencias? El
conflicto, la lucha, la oposición, la contradicción, etc., son quizá la base de
la producción filosófica. Se precisa de la división y su conmoción para llevar
a cabo la necesidad o el deseo de unión que exige el pensamiento reflexivo. Si
se revisan estos aspectos en términos del desarrollo histórico del pensamiento
y de su expresión a través de diversas épocas, puede afirmarse que es la época
contemporánea la heredera de las contradicciones y las múltiples problemáticas
que son ya patrimonio del pensar. Resolver esa división y fragmentación es una
labor del pensamiento filosófico contemporáneo. Negar tal exigencia implica no
apreciar en su totalidad la construcción de la realidad social la cual, en caso
de ser comprendida, permitiría a su vez comprender el papel científico de la
filosofía. Es la expresión filosófica la expresión de lo que en su conjunto es
la sociedad, visto a la luz de la abstracción. Cada época que elabora su propia
filosofía pone también de manera implícita la manera de ser de un constructo
social dado que es ahí, en la vida practica de los sujetos, donde se ubican las
mediaciones y los vínculos que posibilitan el encuentro de la palabra, el
dialogo y la diferenciación de los puntos de vista.
Es interesante apreciar que, en el comienzo de la Crítica de la razón pura,
obra que quizá fue la primera en consolidar la comprensión del mundo
contemporáneo, se ubica inicialmente la necesidad de atender al carácter
contradictorio de la razón. Tal apreciación se convierte en una investigación
rigurosa más cuando tal contradicción tiene su origen y despliegue en el mundo
metafísico del ser humano. ¿A qué se refiere o qué quiere decirse cuando se
hablan de las contradicciones manifiestas en un ámbito distinto al mundo
sensorial y empírico, el cual da muestras también de ser permanentemente
contradictorio, en tanto es continuo ahí el devenir del ser y el no
ser? El mundo metafísico hace referencia al ámbito del lenguaje humano. Es
en este ámbito donde los límites de la experiencia empírica se desbordan, en
tanto es posible allí construir los posibles mundos que contrastan o se oponen
a lo inmediatamente percibido por la sensibilidad humana. Ahora bien, atender a
la contradicción como el eje del pensar permite acceder a la exploración del
terreno de la subjetividad, en tanto es allí donde se ponen en juego distintas
interpretaciones de la realidad, las cuales conflictúan entre sí al oponer
tesis y argumentos contradictorios.
Dos tendencias del pensamiento dieron pie a que la reflexión de Kant
adelantará la reflexión filosófica a terrenos no vistos con anterioridad, esto
es, el empirismo y el racionalismo. En este debate se ponían en juego los
fundamentos, las fuentes del saber humano. Por una parte, el racionalismo no
concedía veracidad alguna a lo percibido por los sentidos dado su carácter
contingente, relativo a lo que cada sujeto percibe. Por otra parte, la
especulación metafísica, el racionalismo, en ocasiones desmentía o era
indiferente al saber empírico común al no aceptar los hechos, las evidencias,
que se convertían ahora un elemento clave para la experimentación y la búsqueda
de leyes generales. Tan sólo asumían que las ideas innatas, las cuales son
independientes de la experiencia sensible, eran la base del conocimiento. Tal asunto no parecía resolverse con
facilidad hasta que se consideró necesario plantear, en el caso de Kant, el
giro copernicano, el cual si bien admite la fuente de la intuición pura como
receptora de las relaciones con el ente que se muestra, pone más bien como
fundamento a la capacidad trascendental del ser humano de atribuir significado,
horizonte y sentido a aquello que se considera, no ya mero ente, sino como
objetividad. La explicación, aquí vista superficialmente, de este hecho, delata
el espíritu de una época que cada vez más hace hincapié en la autoría del
sujeto de su experiencia. Podría decirse que el mundo contemporáneo es la
expresión de una realidad en la que el sujeto, la sociedad, cada vez más se reconoce
como el inventor, el creador y el responsable de su mundo.
Para Hegel y Heidegger es ya claro que la comprensión del mundo no es
posible si no se reconoce la estructura contradictoria presente en el campo
ontológico humano. El primero logra hacer una exposición exhaustiva del devenir
y la producción de la cultura, mediante la exploración de las diversas figuras
de la conciencia, las cuales han ido emergiendo y desarrollándose a través de relaciones
y vínculos de determinaciones puestos por la conciencia que se ponen y se
oponen de manera constante. Dado el carácter contradictorio del pensar se
desarrollan las estructuras de la conciencia, la autoconciencia, la razón, el
espíritu, el arte, la religión, el saber absoluto. Los alcances realizados por
el pensamiento posibilitan, de acuerdo con la Fenomenología, de hacer del saber
filosófico el único posible de comprender la experiencia no sólo del individuo,
sino la sociedad, la cultura, en general, la producción del género humano. En
cuanto a Heidegger, su interés por el estudio de la objetividad, el cual se
origina en su estudio de la obra de Immanuel Kant, sitúa su tesis en favor de
la comprensión de la objetividad a partir de la comprensión de la estructura
que caracteriza a la razón pura. A partir de esta investigación de la razón
pura se abre campo al estudio antropológico, el cual sirve de guía para la
comprensión del ser humano en su devenir.
Conclusión
Quizá el interés por el mundo filosófico pueda afirmarse como el interés
por pretender resolver los conflictos presentes en el espíritu humano.
Ciertamente, son los conflictos, las inquietudes, el papel de la angustia, la
cual se manifiesta como el cierre de cualquier posible respuesta a un problema,
los que impulsan al ser humano a sobrepasar o ahondar en la naturaleza de su
propio proceder contradictorio. Resolver la naturaleza contradictoria del
sujeto significa poner en consideración la historia del pensamiento, la
historia del obrar humano. Lo que es hoy la sociedad contemporánea no es sino
el cumulo de conflictos, oposiciones, contradicciones que las anteriores épocas
han elaborado en la necesidad de resolver sus propios conflictos y oposiciones.
El acercamiento a la filosofía permitiría en todo caso lograr la aproximación
necesaria para entender lo que es el ser humano, no en una definición escueta,
propia de las definiciones de un diccionario, sino de la muestra, comprensión y
exposición de su devenir en tanto sujeto que busca en todo momento y lugar la
comprensión de sí mismo.
Bibliografía.
Chatelet, F. (1973). Hegel según Hegel. Barcelona: Laia.
Descartes, R. (1959). Dos Opusculos. México: Unam.
Descartes, R. (1983). Discurso del método. Reglas para la dirección de
la mente. Barcelona: Orbis.
Descartes, R. (1996). Reglas para la dirección del Espíritu. España:
Alianza Editorial.
Descartes, R. (2009). Meditaciones acerca de la filosofía primera.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Dobb, M. (2007). Introducción a la Economía. México:
Fondo de Cultura Económica
Hegel, G. W. (1955). Lecciones sobre la historia de la filosofía.
México: Fondo de Cultura Económica.
Hegel, G. W. (1974). Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. México:
Juan Pablos Editor.
Hegel, G. W. (2002). Fenomenología del Espíritu. México: Fondo de
Cultura Económica.
Heidegger. (2013) Kant y el problema de la metafísica. México: Fondo de
Cultura Económica.
Heidegger. (1961). La tesis de Kant sobre el ser. www.elaleph.com
Heidegger, M. (1958). La época de la imagen del mundo. Santiago de
Chile: Anales de la Universidad de Chile.
Hume, D. (1981). Tratado de la naturaleza humana (Autobiografía).
Madrid: Nacional Madrid.
Hyppolite, J. (1970). Introducción a la Filosofía de la Historia de
Hegel. Paris: ediciones caldén.
Kant, I. (2008). Crítica de la Razón Pura. México: Taurus. Kosík, K.
(1967). La Dialéctica de lo Concreto. México: Grijalbo.
Comments
Post a Comment