El origen de la enajenación en la Crítica de la razón pura y su diseminación en la discusión filosófica contemporánea. 15 de marzo 2023.

 El origen de la enajenación en la Crítica de la razón pura y su diseminación en la discusión filosófica contemporánea. 15 de marzo 2023. 


Andrés Acosta Barrera


Introducción. 


El propósito del siguiente texto es mostrar que la enajenación es un problema filosofico central del mundo contemporaneo, el cual tiene su expresión inicial en la obra de la Crítica de la razón pura, escrita por el filosófo Immanuel Kant a finales del siglo XVIII.  Significa la enajenación la expresión de una realidad en la que el sujeto no se reconoce a sí mismo en la realidad que vive, ni reconoce al mundo como algo que le pertenece. El hecho de que que la humanidad haya expresado que la realidad tiene su fundamento en algo externo a la conciencia, como ocurre tanto en la religión como en el empirismo, genera la importante pregunta por la real genealogía de aquello que se ha llamado metafísíca. Pensadores como Marx, Hegel y quienes trabajaron en la escuela de Frankfurt (Theodor Adorno, Horkheimer, Herbert Marcuse,etc) discutieron contra una realidad que mostraba fehacientemente el choque entre una realidad que oprime a un sujeto que busca por todos los medios luchar contra esta opresión. La pregunta que interroga por el sentido del ser, la lucha de clases presente en diversas fases de la historia, la contradicción entre una sociedad que da los mejores frutos a la humanidad y a su vez los peores monstruos, como aconteció con el mundo germano, son el sintoma y el motivo de una discusión filosofica, en todo caso necesaria y pertinente. 


Kant y el problema contemporaneo de la enajenación. 


La Crítica de la razón pura (1781), escrita por Immanuel Kant, inaugura la preocupación filosófica acerca del concepto y la experiencia de la enajenación. En efecto, desde el primer párrafo de este libro, considera este filósofo que es el destino de la razón humana el estar acosada por preguntas que no puede responder, pero de las que no puede desantenderse en tanto nacen de su propia naturaleza. Significa esta situación la incapacidad de resolver sus propias incognitas, sus propios interrogantes, lo que conlleva al sujeto a cuestionarse sobre su propio proceder en cuanto a las respuestas que emplea para resolver sus conflictos y contradicciones. ¿es certeza la consideración de que la religión ofrece las respuestas a los enigmas sobre el sentido de la vida, el próposito de la muerte o el origen del universo? , ¿o es más bien la ciencia y el arte los saberes que permitiran entender la naturaleza humana y su fundamento?, ¿o no es toda especulación un simple relato y todo acontecimiento narrativo una ficción que empleamos para hallar así nuevas formas de sobrevivencia? En lo que concierne a la experiencia de la enajenación se diría que el sujeto experimenta la dificultad y la angustia de no comprender el mundo que habita y el modo como le es dable explicarlo. 




A partir de la indicación de la problematica central del mundo filosófico, en tanto se expresa que es la razón la portadora y la productora de las contradicciones y las antinomias, diversos filosofos han puesto en tela de juicios los constructos que nacen de ese caracter contradictorio del pensamiento. Un caso relevante se muestra en la obra del filosófo Karl Marx, el cual suele ser tachado de político, economista mas no filosofo. No obstante, su obra teórica destaca las molestias, las antinomias, las contrareglas, de un mundo de suyo contradictorio. Para que haya existido un mundo de insuperable riqueza y magnificencia, nunca antes visto en la historia de la humanidad, se ha requerido de una explotación brutal y salvaje. Visto desde otro angulo, vale hacer mención de la preocupacín de la escuela de Frankfurt, quienes afirmar no entender como Alemania, siendo un país que tendía hacia procesos de un carácter cada vez más democratico, termino abocando su pensamiento hacia el fascismo. Tanto Marx como los pensadores pertenecientes a la escuela de Frankfurt consideran no estar de acuerdo con una realidad, un status quo,  que pareciera ser producto no sólo de la racionalidad sino de una irracionalidad sin limite. Las formulaciones e incógnitas de estos pensadores conllevaron a denunciar el desequilibrio entre una realidad sometida a los designios de la razón y un mundo en el que priman los intereses particulares y la explotación del hombre por el hombre. 


La reflexión filosófoca ha llegado a la consideración de que el mundo en el que vive el ser humano, no le pertenece ni lo experimenta genuinamente. ¿podrían establecerse razones de orden economico y político para dar respuesta a la insatisfacción que el sujeto experimenta en su acontecer cotidiano? ¿sería una actividad propiamente filosófica asumir la reflexión sobre el precio de las mercancias, las ganancias, el dinero y el trabajo del obrero? ¿O parte de la enajenación de nuestra experiencia en el siglo XXI consiste en dejar de lado los problemas que al parecer sólo conciernen a la economia y la política, mas no a la filosofía? ¿ha regresado a la academia la creencia de que la filosofía está por allá, lejos, alojada en el panteon de las divinidades, preocupada por la esencia eterea de las ideas? Quizá sea esta una expresión más de la dificultad de la razón de lograr explicar plenamente el origen y el desarrollo de sus contradicciones y sus planteamientos. No obstante, si se revisa detenidamente la obra de Marx y de quienes abordan la problematica de la enajenación, se aprecia allí el interés por las relaciones concretas de los seres humanos entre sí, para dar cuenta de la problematica del ser humano en la comprensión de su realidad. 


Por otro lado, Heidegger puso en juego un problema crucial para la reflexión filosófica, en tanto ubicaba la singularidad del mundo de hoy, en el ambito general de la historia por la pregunta del sentido del ser. Considera este filosofo que es necesario salir de la cosificación del lenguaje y poner de nuevo en consideración las preguntas que remiten a la comprensión sobre la capacidad humana de atribuir y poner significado, esto es, la construcción del ser. ¿Qué es propiamente eso que denominados con el término ser? ¿de qué maneras hablamos de las cosas? ¿porqué salimos por la puerta y no por la ventana? ¿porqué algo es valioso y otra cosa es trivial? Este tipo de consideraciones remiten de nuevo al planteamiento kantiano que considera que la razón sigue cuestionando por aquello que está más allá de lo que percibe, pero que no le es dable conocer de un modo inmediato ni recurriendo a medios artificiosos. Puede afirmarse, por ejemplo, que eso que se ve ahí es una piedra, y se pasa como un supuesto que es la piedra algo que existe por sí mismo, no importaba si se la ve o no, pero en realidad la piedra está en tanto un sujeto cualquiera la menciona y la señala con el dedo. La razón de esto, afirma Heidegger está en la naturaleza peculiar del ser. 


   

Heidegger expresa claramente su preocupación sobre la enajenación humana al indicar la indiferencia que se tiene por la pregunta sobre el ser. Según él, es para muchos un asunto de academicos y ociosos cuestionar la naturaleza de semejantes abstracciones. Lo que importa, claro está, es la visión predominante del mundo contemporaneo relativo a la producció económica y tecnológica. No es tanto la teoría lo que debe sugerir mayor interés y entusiasmo sino el asumir como una vía del progreso humano la cosificación de la realidad convertida plenamente como mercancia, puesta como medio para los fines del capital. Pese a ello, quizá siga siendo necesario revisar la naturaleza del lenguaje humano, abstrayendo el aspecto de la ocupación, remitiendonos así a la pre-ocupación. Significa esto analizar aquello que se pone de antemano en la actividad práctica de un sujeto llamado a transformar el mundo. Opera de manera previa al encuentro del sujeto y el ambito que lo rodea, la universalidad y necesidad del pensamiento. Esta universalidad remite a las formas y las reglas que posibilitan la experiencia de la cosa que se muestra bajo la envoluta de lo sensible y lo particular. Se puede traspasar el velo de aquella singularidad mediante el interrogante por aquello que da sentido y significado a la cosa que decimos se llama cosa; ¿por qué lo que decimos es universal? Si yo digo “casa” se hace quizá referencia a la casa que habito o a la casa de los vecinos. También se puede usar dicho termino al mencionar “todas las casas del mundo”. Sugiere esto que no es lenguaje algo que pertenezca en la naturaleza de las cosas, sino que se encuentra en el sujeto que hace de éste su manera de traducir lo que percibe y experimentar en un aquí y ahora. ¿Significa una posibilidad de superar la enajenación, lograr el reconocimiento de que es el mundo una producción de un ser que se presenta como subjetividad? 


No hay propiamente experiencias particulares ni hechos que se aislen del contexto que les rodea. La idea de contexto remite de por sí a un universo en el que se instala aquel elemento particular presente en lo que se denomina la experiencia singular del sujeto. Sin embargo, cabe decir que la riqueza estética que ofrece, por poner un ejemplo, la literatura, radica en la universalización de las experiencias compartidas al son de las palabras. Cualquiera que haya experimentado la locura podría encontrar en Edgar Alla Poe a un hermano gemelo, o quién haya experimentado la inquietud por lo hay tras la vida cotidiana hallar en Kant a un personaje contemporaneo sus interrogantes. Quizá un primer paso para superar la enajenación, es decir, la posición de un sujeto que no puede hacer frente a sus contradicciones y planteamientos, radique en reconocer que el mundo en el que vive no es otra cosa que una reproducción del pensamiento. Por supuesto, al considerar la noción yo y decir yo soy distinto de quien escribe esto podrá inferir que en eso están presentes todos los yo y todos quienes portan una conciencia y un traductor de la lengua española . 


Para concluir, cabe mencionar que son diversas las posibilidades del mundo filosófico, a partir del planteamiento kantiano, que dan cuenta de la situación de perplejidad e incertidumbre de la especie humana al no saber plenamente el carácter de sus interrogantes y cuestionamientos. Sin embargo, el modo como resuelve Kant solucionar esta problematica, reside en poner en juego la formulación cartesiana relativa a que el ser no es sino lo que yo produzco desde mi sano sentido común. Entender dese esta perspectiva la realidad que se vive y se ha vivido permite ahondar en las diversas facetas y elaboraciones de una razón sometida a su propio escrutinio para así dar forma a nuevas posiciones del pensar y la consecuente destrucción de estas posiciones. De no ser por esta posibilidad de la razón de enfrentarse a sí misma y no estar satisfecha con sus propios planteamientos, conllevaría a que la realidad fuera algo más dificil de soportar, puesto que sería esto algo inexorablemente aburrido y tedioso.  



Bibliografía. 


Descartes, R. (1959). Dos Opusculos. México: Unam. 


Descartes, R. (1983). Discurso del método. Reglas para la dirección de la mente. Barcelona: Orbis. 


Descartes, R. (1996). Reglas para la dirección del Espíritu. España: Alianza Editorial. 


Descartes, R. (2009). Meditaciones acerca de la filosofía primera. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.


Fromm, E. (1962). El concepto del hombre en Marx. México: Fondo de Cultura Económica. 


Hans Heinz Holz, L. K. (1971). Conversaciones con Lukács. Madrid: Alianza Editorial. 


Hegel, G. W. (1955). Lecciones sobre la historia de la filosofía. México: Fondo de Cultura Económica. 


Hegel, G. W. (1974). Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. México: Juan Pablos Editor. 


Hegel, G. W. (2002). Fenomenología del Espíritu. México: Fondo de Cultura Económica. 


Heidegger. (1961). La tesis de Kant sobre el ser. www.elaleph.com


Heidegger, M. (1958). La época de la imagen del mundo. Santiago de Chile: Anales de la Universidad de Chile.


Hume, D. (1981). Tratado de la naturaleza humana (Autobiografía). Madrid: Nacional Madrid. 


Kant, I. (2008). Crítica de la Razón Pura. México: Taurus. Kosík, K. (1967). La Dialéctica de lo Concreto. México: Grijalbo. Marcuse, H. (1994). Razón y Revolución. Barcelona: Altaya. Rossi, P. (1966). Los Filósofos y las Máquinas. Barcelona: Labor. 


Comments