Pensar los pensamientos: Destino y problema de la filosofía. 03 febrero 2023.

 Pensar los pensamientos: Destino y problema de la filosofía. 03 febrero 2023.  

Andrés Acosta Barrera. Lic en Filosofía. Universidad Pedagógica Nacional. andresacosta9911@gmail.com


Desde tiempos remotos el ser humano cuenta con una cualidad sumamente impresionante, la cual radica en la capacidad de pensar. De acuerdo con la perspectiva planteada por Rene Descartes es el ser humano un ser que no solamente piensa sino que inclusive nunca puede detener este ser la susodicha capacidad. Del mismo modo como respirar, es el acto de pensar una actividad que no cesa de funcionar. Así las cosas, el ser humano ha de estar enfrentado a esta situación complicada de pensar de un modo constante, pese a que en ocasiones quiera resistirse a ello. Algunos han considerado que es durante el sueño cuando la actividad de pensar se detiene, buscando con esto un espacio de reposo y tranquilidad o de inactividad, como cuando se apaga un telefono celular. Pero aún en el ambito onírico es el pensamiento algo que mantiene su actividad y produce en el mundo inconsciente las quimeras, los sueños, las ilusiones, las fantasias que han embriagado buena parte de la historia humana.


El filósofo Hegel ha puesto desde una perspectiva muy interesante lo que sería propiamente la actividad de hacer filosofía, esto es, pensar los pensamientos:


 “Mas precisamente la tarea de la filosofía puede ser determinada del siguiente modo: El espíritu, como sentimiento e intuición, tiene por objeto lo sensible; como fantasía, las imágenes, y como voluntad, los fines, etcétera. Ahora bien: como antítesis, o también como simple diferencia de estas formas que son propias de su ser determinado y de sus objetos, el espíritu procura también satisfacción a su máxima intimidad, al pensamiento, y toma al pensamiento como objeto. Así llega hasta sí mismo, en el más profundo significado de la palabra, puesto que su principio, su más puro ser en sí, es el pensamiento” (Hegel, 1974, p. 20) 


 Pensar el pensar significaria hacer frente a esa situación en la que el humano se encuentra consigo mismo y se piensa a sí mismo, con relación a lo que ha sido su camino, su divagar y su reflexionar. Hegel pone en consideración que el camino recorrido por el pensamiento ha pasado por el ambito de la necesidad y la universalidad. Sin que lo quiera el sujeto, él se configura en un ambito social donde ineludiblemente asume un mundo determinado por reglas y principios, presentes en el lenguaje que aprende durante la infancia y en su proceso de crecimiento. La fascinación que se presenta para quien aprecia el mundo antiguo, por ejemplo, radica en la capacidad para expresar mediante el lenguaje, pensamientos y significaciones complejas. En lo que concierne al arte rupestre sorprende para el arqueologo o el artista el modo como se ponen en juego elaboraciones artisticas que remiten de inmediato a los a priori o las reglas del pensamiento que dieron pie a las composiciones presentes en las rocas.

 

La similitud que existe entre los seres del presente y los seres del pasado existe no sólo en su semejanza biologica sino en la capacidad compleja del pensamiento. Consideran algunos que ha existido una linealidad evolutiva que implica un ascenso de lo menor a lo mayor o de lo rudimentario a lo refinado. El hombre moderno se ha puesto una máscara que lo hiciera parecer mejor que sus antepasados y si bien existen diferencias que distinguen y quizá ponen en un nivel superior al sujeto actual que el de épocas pasadas, no por eso puede sobrevalorar su capacidad moral o racional sobre los humanos del pasado. Por supuesto, para quienes aman la historia, son las diferencias entre las sociedades del presente y las del pasado algo muy notorio e inclusive entre quienes habitamos hoy la tierra es la presencia de cada individuo y pueblo la expresión de la diversidad y la heterogeneidad. Ahora, ha sido el mismo Descartes quien planteó que pese a las diferencias existentes entre todos los pueblos de la tierra, hay una situación en común que se manifiesta en la capacidad de cada ser de distinguir lo falso de lo verdadero. ¿Cuál es la naturaleza de esta capacidad?  ¿Qué significa propiamente distinguir entre lo verdadero y lo falso? Parte de los aspectos positivos del modo como aprecia Descartes a la raza humana es la de considerar un elemento en común haciendo caso omiso de aquellas diferencias creadas por la jerarquia, el poder económico o politico, la raza. Dice Descartes “Bueno es saber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las del propio con mejor acierto, y no creer que todo lo que sea contrario a nuestras modas es ridículo y opuesto a la razón, como suelen hacer los que no han visto nada” (Descartes, 2010,p. 37)  Para él, cada ser humano cuenta con una capacidad que lo hace único y diferente de los demás en tanto enfoca de un modo particular su manera de vivir la vida. No obstante, con relación a la forma o al aspecto universal presente en la concepción sobre lo humano, que es lo que interesa al filósofo, se pone en juego la definición acerca de lo que es pensar y quiénes son los que piensan. 


En el ambito del camino asumido por la filosofía han destacado personajes que dada su excentricidad llaman bastante la atención. Si se nombre a personajes como Descartes o Sócrates surge el recuerdo de aquel inesperado encuentro con el ente demoniaco. El demon o el genio maligno representa un rostro bastante llamativo de la sustancia pensativa. Hay un ser fuera del ser consciente o del ser que asume con sus palabras sus propios pensamientos, que perturba e incide de un modo involuntario en la expresión de determinadas ideas. En el caso de Sócrates se sabe que su carrera filosófica surgió en el momento en que la pitonisa le menciona a su amigo Quirón que Sócrates es el hombre más sabio de Grecia. ¿Qué significaba esto en la antiguedad? ¿Qué quiere decir ser más sabio que los demás? ¿por qué los dioses han puesto en consideración estas palabra en boca del oráculo? Quizá sin la intervención de lo dicho por los dioses la historia de Sócrates jamás hubiera llegado a surgir, haciendo de la filosofía algo aún por descubrir. Ya en su actividad de interrogar a los que él consideraba los más sabios de su sociedad descubre este filosófo que lo planteado acerca de nuestra ideas y conceptos es algo erróneo, falso y vacio: “lo único que debe superarse es el poner la “opinión”, la “fantasia” (doxa), las suposiciones que no pueden justificarse como verdaderas, en el lugar del conocimiento.” (Taylor, 1969, p. 116)


 Las ideas de justicia, de bondad, de ley, de conocimiento y demás son aquello que se pone en el punto de mira de este sujeto quien no se resiste a cuestionar por la base o el fundamento de aquello que usualmente cada sujeto asume como verdad y como realidad incuestionable. Sócrates fue condenado a la muerte porqué ponía en aprietos la manera usual de comprender el mundo. Para Sócrates ya no era lícito hacer pasar como verdaderas las suposiciones que caprichosamente velaban los intereses particulares por encima de la verdad desnuda y universal. “El Fedón nos da una descripción sumamente detallada de la naturaleza de ese procedimiento. Consiste el método en que Sócrates empieza por alguna proposición que, por cualquier razón, parece verdadera. La llama su hipótesis inicial, y pasa a preguntarse a sí mismo “qué debe seguirse si esto se admite”; es decir, pasa a deducir sus consecuencias. Siendo por ahora indiscutible la verdad de la hipótesis inicial, todo cuanto se deduzca de ella se acepta asimismo como verdad, y todo cuanto entre en conflicto con ella es falso. De esta suerte, lo que el método da por supuesto es simplemente que la verdad es un sistema coherente, y que no hay nada que pueda ser verdadero si está en conflicto con un principio verdadero”. (Taylor, 1969, p. 132) Si alguien mencionara que Dios es una realidad incuestionable y obvia de por sí, bastaría considerar la proposición opuesta a esta aseveración que afirma que dios no existe o que dios ha muerto. Frente a esto, ¿qué opinión es la que es necesario asumir como cierta o verdadera?. Para quien es dogmático tanto una idea como la otra se presentan como adversarias haciendo necesario tomar una postura radical y pelear todos los dias contra la oposición de su afirmación. En buena hora,ha sido la mayeutica la portadora de un mensaje de vida que va mucho más allá de posiciones inamovibles, permitiendo el paso de lo uno a lo otro, en la busqueda de una profundización de la conciencia. 


Los interregontes planteados por Descartes destacan por la soledad que reviste su reflexión en contraste con la compañia y el diálogo planteado por personajes destacados en la vida social de Grecia. Estando en la compañia de una estufa, en Olm, provincia de Alemania en el que Descartes halló refugio, mientras participaba de la guerra, considera oportuno dudar de un modo absoluto de todo aquello que en algún momento se le presentaba como verdadero e incuestionable. Es su primera regla del Discurso del método “no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiere con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mí espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda” (Descartes, 2010, p. 47) ¿Porqué la necesidad de no sólo apreciar los saberes y experiencias asumidas hasta entonces sino considerar como innecesario e inutil todo lo aprendido?. Recuerdo que un profesor de la universidad mencionó que aún en Colombia no ha logrado realizarse la modernidad ni la cuestión plena sobre la subjetividad, la cual fue descubierta por Descartes. Mencionaba aquel profesor que el primer paso para que la juventud actual transitará al mundo moderno consistiría en entender que todo lo que se ha aprendido en la escuela y la universidad es una farsa, una ficción, un simulacro que hace cree a las personas que van hacia el progreso cuando en realidad sostienen la maquinaria del mercado moderno cual si fueran fichas y tuercas. 


Se sentía Descartes parte de un mundo que seguría girando de un modo inquebrantable pese a la manifiesta ignorancia de la humanidad del universo que le rodeaba. ¿Bastaba, ciertamente, la posición del mundo teológico, escolástico para entender la naturaleza de la realidad? ¿Era necesario seguir participando de la mentira de las sombras creadas por una comunidad esoterica, la cual era consciente del poder de los cuentos y las historias fundadas en el desconocimiento del origen y el desarrollo de los procesos de la experiencia humana?. ¿No fue necesario atacar desde su base el mundo que parecia ofrecer todas las respuestas y transitar hacia la via de lo desconocido y lo inexplorado? Descartes al inaugurar el mundo de la geometria analitica, en el que la naturaleza deja de ser una sustancia propia y se convierte en la materia prima de la mente del ingeniero, se ponía la soga al cuello. Quienes en su época detentaban el poder no les interesaba en modo algun modo que el Discurso del Método (1637) se convirtiera en la nueva biblia de la sociedad. “Así puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden tambien ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.” (Descartes, 2010, p. 59) Quizá un juicio condenatorio similar al de Sócrates hubiera surgido en caso de que Descartes no hubiera huido de Francia yendo hacia un lugar apacible y habitado por librepensadores. Otros, sin embargo, si fueron victimas del juicio y del escarnio público como el caso de Giordano Bruno, quemado por la iglesia católica en el año 1600 o el juicio de Galileo a quien se lo obligó a renegar de sus investigaciones cientificas diciendo que sólo la biblia judeocristiana posee la verdad. 


La mitología griega puso de un modo drámatico la situación de un Titan como Prometeo, quien al sentir misericordia por los humanos, les regala el fuego del saber. Su condena por esto radicó en la tortura del aguila enviada por Zeus. Noches tras noche un ave rapaz carcomia su cuerpo sagrado y eterno haciendo del dolor insoportable un compañero cotidiano. Quizá está es la significación de lo que es para el humano hacerse acreedor del fuego de la razón. En ocasiones su pensamiento lo conlleva al dolor y la desesperación. Sin que lo quiera, el aguijon del interrogante y la cuestión lo lleva a lugares nunca antes  inexplorados. ¿Cómo liberarse del dolor que genera la duda y el escepticismo que implica destruir lo que en un momento era lo más valioso e importante, lo fundamental? ¿Puede el pensamiento dirigir su rumbo hacia lo que buscaba Sócrates, Descartes y Prometeo, esto es, salir de la duda, el error y la confusión?


 «Sufrir males que cree la Esperanza infinitos;

 perdonar las ofensas más negras que la muerte;

 desafiar al Poder que parece absoluto;

 amar y soportar; crear desde la ruina 

de la esperanza todo lo que esta propone;

 no cambiar ni dudar ni arrepentirse nunca.

 Esto, como tu gloria, Titán, es ser benévolo, 

grande, feliz, hermoso y libre; es sólo esto

 la Vida, la Alegría, el Imperio y el Triunfo».


 (Shelley, últimos versos de Prometeo liberado, en versión de Alejandro Valero, Hiperión, Madrid, 1994.) (Murray, 2013, p. 95) 




Bibliografía. 


Hegel, G. W. (1974). Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. México: Juan Pablos Editor.


Muñoz, Guillermo. Estética amazónica y discusiones contemporáneas: El arte rupestre de la serranía de La Lindosa, Guaviare - Colombia  https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/15406 


Descartes, R. (2010) Discurso del método. Madrid: Colección Austral-Espasa Calpe


Taylor, A.E. (1969) El pensamiento de Sócrates. México: Breviarios del Fondo de Cultura Económica. 


Murray, Gilbert. (2013) Esquilo, creador de la tragedía. Madrid: Gredos. 





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